Comencemos
Dios, un Padre bueno y misericordioso
Durante su vida pública, Jesús anunció que había sido enviado por Dios para traer la salvación a todos los hombres. Y aclaró que ese Dios era Padre suyo y de todos los seres humanos.
La descripción más clara y hermosa de Dios Padre que hizo Jesús la encontramos en la parábola del hijo pródigo. Junto a ella tienes un resumen de los rasgos más importantes del Padre.
Dios, un Padre bueno y misericordioso
Durante su vida pública, Jesús anunció que había sido enviado por Dios para traer la salvación a todos los hombres. Y aclaró que ese Dios era Padre suyo y de todos los seres humanos.
La descripción más clara y hermosa de Dios Padre que hizo Jesús la encontramos en la parábola del hijo pródigo. Junto a ella tienes un resumen de los rasgos más importantes del Padre.
Parábola del hijo pródigo
Un hombre tenía dos hijos, y el más joven le dijo a su padre:
- Padre, dome la parte de la herencia que me toca!
Entonces el padre repartió los bienes entre ellos. Poco después, el hijo menor vendió todos sus bienes y con ese dinero se fue a otro país, donde lo derrochó todo, llevando una vida desenfrenada. Pero entonces, hubo una gran carestía en aquel país, y comenzó a pasar hambre. Fue a pedir trabajo a un hombre del lugar, que lo mandó a cuidar cerdos. Y hasta tenía ganas de comer el alimento de los cerdos. Al fin se puso a pensar.
Cuántos trabajadores en la casa de mi padre tienen comida de sobra, mientras yo aquí me muero de hambre! Regresaré a casa de mi padre, y le diré: "Padre mío, he pecado contra Dios y contra ti; ya no merezco llamarme tu hijo; trátame como a uno de tus trabajadores':
Así que se puso en camino y regresó a la casa de su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión de él.
Corrió a su encuentro y lo recibió con abrazos y besos. El hijo le dijo:
- ¡Padre mío, he pecado contra Dios y contra ti; ya no merezco llamarme tu hijo!
Pero el padre ordenó a sus criados:
- saquen pronto la mejor ropa y vístanlo! traigan el becerro más gordo y mátenlo! vamos a celebrar esto con un banquete! Porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a vivir;
Se había perdido y lo hemos encontrado». (Lc. 15, 11-24)
Un hombre tenía dos hijos, y el más joven le dijo a su padre:
- Padre, dome la parte de la herencia que me toca!
Entonces el padre repartió los bienes entre ellos. Poco después, el hijo menor vendió todos sus bienes y con ese dinero se fue a otro país, donde lo derrochó todo, llevando una vida desenfrenada. Pero entonces, hubo una gran carestía en aquel país, y comenzó a pasar hambre. Fue a pedir trabajo a un hombre del lugar, que lo mandó a cuidar cerdos. Y hasta tenía ganas de comer el alimento de los cerdos. Al fin se puso a pensar.
Cuántos trabajadores en la casa de mi padre tienen comida de sobra, mientras yo aquí me muero de hambre! Regresaré a casa de mi padre, y le diré: "Padre mío, he pecado contra Dios y contra ti; ya no merezco llamarme tu hijo; trátame como a uno de tus trabajadores':
Así que se puso en camino y regresó a la casa de su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión de él.
Corrió a su encuentro y lo recibió con abrazos y besos. El hijo le dijo:
- ¡Padre mío, he pecado contra Dios y contra ti; ya no merezco llamarme tu hijo!
Pero el padre ordenó a sus criados:
- saquen pronto la mejor ropa y vístanlo! traigan el becerro más gordo y mátenlo! vamos a celebrar esto con un banquete! Porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a vivir;
Se había perdido y lo hemos encontrado». (Lc. 15, 11-24)
- Dios Padre respeta nuestra libertad
El padre no pone ningún obstáculo a la marcha del hijo menor. Del mismo modo, Dios nunca limita la libertad de las personas. Quiere que sus hijos tomen decisiones libre y responsablemente.
Dios siempre recibe a quien ha caído y se ha alejado
El hecho de que el padre no impida a su hijo partir no significa que se desentienda de él.
La forma en que lo espera y sale al encuentro de su hijo, y la gran fiesta que prepara.
El hecho de que el padre no impida a su hijo partir no significa que se desentienda de él.
La forma en que lo espera y sale al encuentro de su hijo, y la gran fiesta que prepara.
- Dios nos da la dignidad de hijos cuando nos arrepentimos de nuestros pecados.
Esto es lo que simbolizan el traje nuevo, el anillo y las sandalias que recibe el hijo
- Dios no es un juez sino un Padre bueno
El padre no sale al encuentro del hijo para llamarle la atención, sino para perdonarlo y abrazarlo. Eso es lo que hace Dios Padre: rechaza el pecado, pero ama de verdad al pecador porque es un hijo suyo.
1 comentario:
Bien es una secuencia ordenada, aunque para descubrir los rasgos de misericordia de Dios en el texto bíblico sería importante guiarlo mediante una actividad con instrucciones claras. Recuerdo que en la presentación mencionantes lo del trabajo en grupos, pero aquí faltó explicitarlo.
Publicar un comentario